Los ciudadanos hemos adaptado nuestra vida a los entornos
digitales sin reparar en el torrente de información personal que vamos dejando
al interactuar con los soportes electrónicos, navegar por internet o participar
en las redes sociales. Borramos mensajes de nuestra cuenta de correo
electrónico pensando que así desaparecen, pero su contenido se conserva en
nuestro ordenador y en la empresa que ofrece el servicio del correo, como
comprobaron recientemente Iñaki Urdangarín y sus socios al ver publicados en la
prensa los e-mails que ellos creían eliminados.
Comentarios
Publicar un comentario